Querido lector:
¿Alguna vez te ha pasado que sientes que todo se te viene abajo sin que te des cuenta? Que el mundo no se da cuenta de lo que hay por dentro de esa cara oprimida, de ese humor deshecho y sobre todo de esas lagrimas que no pueden salir ya que la educación siempre ha sido así, o por lo menos en mi caso siempre se me ha hablado de que sufrir es malo y lógicamente lo más fácil es negarlo o esconderlo porque si lo muestras sabes que te ira aún más mal, en esos momentos podrás no demostrarlo pero estas quebrada por dentro y en lo único que piensas es en que el mundo está podrido, que no puedes hacer nada para cambiarlo, que no hay receta mágica para sentirte mejor, que ni la terapia más cara puede lograr que tu estado cambie, si bien hay felicidad momentánea, esa opresión, ese fantasma aun te sigue siguiendo y en el momento que bajas la guardia, te envuelve y te asfixia, caes, si bien la fuerza que aun te queda puede hacer que te levantes pero el peso del fantasma sigue ahí y cada vez es más opresivo, hasta que te vuelve a tumbar y esto se vuelve un círculo vicioso del cual ansiarías escapar…
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