jueves, 24 de noviembre de 2011

Portada - Edición No. 12


Caso: soldado de regreso a casa


Desde su regreso de Afganistán, la senda de Iván José López solo lo condujo al suicidio; su familia y amigos calificaron el desafortunado incidente como una muerte en la guerra que tomó 2 años. El 28 de enero, 26 meses después de regresar de Afganistán, López, de 23 años, miembro de la Guardia Nacional, casado y con dos niños pequeños,  se suicidó en su apartamento de la sección de Frankfort en Filadelfia; López se ahorcó.
El suicidio de López es el número 14 en la Guardia Nacional en Pensilvania desde el 2003; 4 de ellos ocurrieron el pasado año. En un tiempo en que el suicidio entre miembros activos del ejército ha ido  declinando, este se ha casi que doblado entre los miembros de la reserva nacionalmente, pasando de 62 en el 2009, a 114 el año pasado.
López había estado en combate, pero según su esposa, nunca hablo con ella acerca de su experiencia en la guerra; desde su regreso tuvieron dificultades y discusiones; y parece que éste nunca a regreso a su estado normal de antes de su viaje a Afganistán.
López, graduado de Edison High School,  se enroló en la reserva estando aun en la secundaria. En diciembre del 2007 fue llamado a servicio activo por 11 meses; su primera niña había nacido 2 semanas antes. Según su esposa, al principio después de regresar todo estaba bien, pero después estaba cada vez más violento y más desprendido. En agosto, estando en sus 2 semanas de práctica en Fort Indiantown Gap, López ya había amenazado con suicidarse; después de esto paso una semana en una clínica en Filadelfia.
De acuerdo con el Capitán John Felts, López atendió todos los programas  que la Guardia Nacional tiene para prevenir suicidios, pero obviamente, no fue suficiente. La Guardia nacional ha implementado un sistema en el cual los soldados se observan unos a otros cuando resumen responsabilidades limitadas, y también reciben entrenamiento para prevenir el suicidio. Y aunque estas medidas han dado buenos resultados, todavía no son suficientes.
Buscando explicación para esta situación, líderes de la Guardia Nacional coinciden en que a diferencia de miembros del ejército activo, que cuando regresan a casa permanecen en sus unidades y pueden ser observados de cerca por señales de estrés post combate; los miembros de la Guardia Nacional en cambio, regresan y están por su cuenta, regresan a la escuela, a su trabajo, o se quedan en casa haciendo nada, y nadie los está observando.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Debo Ser Lo Que Quiero Ser


No necesito ser como los demás quieren que sea, ni necesito actuar como esperan que lo haga…
Quiero hacer las cosas por mí misma, porque las siento dentro de mi ser, porque así soy yo.
Debo ser lo que quiero ser.
Yo puedo ser lo que quiero ser.

A menudo solemos librar batallas en las que se disputan giros preponderantes de nuestras vidas. En estas batallas se enfrentan dos bandos:
  • Uno que evidencia lo que los demás quisiéramos que fuéramos y todas las creencias que nos han inculcado desde niñas
  • y otro, en el que se enfila lo que amamos y hace respirar al espíritu que vive en nuestro pecho.


¿A qué lado le permitimos ganar?
No somos quienes desearíamos ser
La cobardía y nuestro patológico miedo al “qué dirán” hacen que nos pasemos el tiempo caminando por espacios que no nos gustan y no deseamos, escogiendo no elegir y quedándonos con uno de los puntos de la reducida lista de cosas que nos han presentado como “aceptables”.
Tiempo después, nos damos cuenta de que estamos en el ojo de un remolino de circunstancias que nunca hemos querido y que se nos mete por las venas secando lentamente nuestros sueños e ilusiones con aquel tedioso lema del “tienes”: tienes que hacer ello o lo otro; tienes que alejarte de eso y acercarte a esto; tienes que dejar de pensar en los otros y sólo dedicarte a ti misma.
Lo que se espera de ti no necesariamente describe quien eres realmente.
La vida se convierte en una obligación llena de reglas y frustrantes imposiciones que nos llenan de “tienes”. Tanto es así, que no podemos dejar de pensar en qué ha sido de todo aquello que queríamos y por qué en lugar de proteger nuestros sueños, permitimos que fuesen desterrados de nuestro corazón.
Es cierto que nadie –supongo- nos pone un arma en la cabeza para obligarnos a hacer su sacra voluntad; pero para obligar no siempre hay que hacerlo por las vías de hecho, sino que también existen otras formas de obligar; por ejemplo, no es obligatorio pagar la cuenta de energía, pero si no lo haces, te quedarás sin el servicio.
Asimismo, pasa con nuestras vidas:no es obligatorio hacer lo que los demás quieren, pero si no lo hacemos, lo sentimos con recriminaciones, malas actitudes y prevenciones para con nosotras.
Es entonces cuando empezamos a preguntarnos: ¿qué vamos a hacer? ¿Qué camino podemos tomar? ¿A qué debo mayor valor?
Yo tengo opción, 
yo decido sobre mi vida

Parecen obvias las respuestas, pero a veces nos apabullan las acciones. Cuando los grandes personajes de la historia se atrevieron a hacer lo que les nacía, fueron tildados de locos y con el pasar del tiempo, todo cambió y lo que fue locura en un inicio, se convirtió en inminentes ataques de brillantez. Lo cierto es que el tiempo les ha dado la razón y ha mostrado que la verdadera locura es no hacer lo que se ama.
Debemos pasar del “tener” al “querer”. No se trata de ser injustas y pasar cuan aplanadoras por encima de las personas que más nos quieren, de lo que se trata es de seguir la verdad de nuestro corazón y ser tercas con nuestros sueños mas no con nuestros errores. Así los seres que nos aman terminarán por entender que nuestra felicidad no está en lo que los demás creen conveniente sino en lo que nosotras mismas hemos construido con amor en nuestro mundo.
Siempre será mejor volar acompañada que sola.
Si te resignas a hacer lo que “tienes que hacer”, ¡felicidades! Serás una futura amargada llena de frustraciones y agonías.
Pero si te atreves a “querer”, lo único que perderás es el miedo a soñar.





Veronika Decide Morir (libro y película)

Veronika es una joven que tiene los mismos sueños y deseos que cualquier persona de su edad. Es guapa, cuenta con un buen trabajo y no le faltan pretendientes. Su vida transcurre sin mayores sobresaltos, sin grandes alegrías ni grandes tristezas. Pero Veronika no es feliz. Por eso, la mañana del 11 de noviembre de 1997, Veronika decide morir. Sueños y fantasías. Deseo y muerte. Locura y pasión. Veronika, en su camino hacia la muerte, descubre que cada segundo de la existencia es una opción que tomamos entre la alternativa de seguir adelante o de abandonar. Veronika experimenta placeres nuevos y halla un nuevo sentido a la vida, un sentido que le había permanecido oculto hasta ahora, cuando ya es demasiado tarde para echarse atrás.











Conócete, acéptate y valórate


Tener autoestima significa que te caes bien; que te sientes bien aun cuando cometes errores. Significa también que puedes hacer muchas cosas bien.
Modificar algo de nosotros mismos lleva tiempo; no se logra de la noche a la mañana. Necesitas hacer un gran esfuerzo, comprometerte y echarle ganas.
• Valórate y aprecia lo que haces.
• Acepta tus defectos y virtudes.
• Reconoce que eres humano y busca solucionar tus “errores”.
• Di frases como “yo puedo” o “soy capaz de”.
• Sé optimista.            
• Evita hacer todo en función de lo que otros esperan.
       • Comunica abiertamente tus necesidades y cómo quieres que te traten los demás.
• Sólo actúa y di lo que piensas.
• Haz una lista de lo que necesitas para sentirte seguro cada día, y conforme lo vayas logrando, ve tachando lo que ya conseguiste.
• Escribe todas las características positivas que tienes.

¿Por qué son importantes estas habilidades para la vida?
Porque te permiten controlar las emociones, relajarte y calmarte ante un problema, de manera que puedas pensar y resolver la situación sin estrés ni enojo.
Expresa tus emociones
Para llevar una mejor vida es importante que aprendas a reconocer tus emociones. Si expresas lo que sientes, si pides lo que necesitas, podrás relacionarte mejor con los demás.
Para lograrlo, debes:
Identificar tus emociones: Conocer lo que sientes y quieres; al hacerlo, podrás reaccionar de forma adecuada. Cada persona tiene su propia manera de sentir, eso nos hace únicos y especiales.
Aceptarlas como tuyas: Reconoce y acepta tus emociones tal y como se presentan.
Expresarlas de forma positiva: De forma verbal, sin rodeos y sin lastimar. Trata de ser congruente entre lo que expresas con tu cuerpo y lo que dices con tus palabras.

Relájate y disfruta de la vida
El estrés hace que te sientas mal física y emocionalmente; puede ocasionarte trastornos alimenticios, alcoholismo, ansias por fumar, temblores o sudor en las manos.
Para controlarlo, tómate un tiempo para relajarte y desconectarte de la rutina; haz de este momento una práctica diaria.
Busca ayuda: Acude con las personas que te quieren y les importa que estés bien.
Sé positivo: El estrés suele desaparecer cuando reconoces el problema y comienzas a tomar medidas para resolver lo que te preocupa.
Ríete mucho: Reúnete con amigos, deja escapar tu tensión, relájate y disfruta del momento. La risa estimula el corazón y el corazón a todo el cuerpo.


 :)

www.conadic.salud.gob.mx/pdfs/nueva_vida/nvtrip_emociones.pdf