viernes, 7 de octubre de 2011

Mas allá (diario de un suicida)

Entonces el compás estaba desgarrando mi alma, mis sentidos no podían soportarlo y una luz toco a mi puerta, conocí nuevas personas, entre ellas un amigo, digamos que se llamaba Ignacio, poco a poco la soledad se fue alejando pero siempre regresaba, a esto le llamo “efecto yoyo” iba y venía, aun así la amistad se fue fortaleciendo y me enamoró. Si lo sé es tonto pensar que un muchacho mayor me querría pero yo estaba tontamente enamorada e idiotizada, aunque esto del enamoramiento solo lo sabía yo y ya no podía callarlo, pero me daba demasiado miedo y me estresaba sentir eso, tanto que termine haciéndoselo saber con la esperanza de que el sintiera lo mismo, pero me rechazo y dejamos de hablarnos por un tiempo, su indiferencia me quemaba como ácido me sentía tan pequeña e impotente; realmente quería morir…

No hay comentarios:

Publicar un comentario