jueves, 10 de noviembre de 2011

La Esquizofrenia: Un caso especial.

  Bueno, como prometí la semana pasada, esta semana continuaré con mi tema anterior: La Esquizofrenia. Este tema es de una ancha gama de cosas por saber, debido a que este trastorno sigue bajo investigación. Sin embargo, en esta edición me gustaría hablar de un caso en especial el cual a mi me parece más que interesante: El caso de John Forbes Nash Jr. Primero que nada les diré un poco acerca de la vida de este maravilloso hombre.

  John Nash nació en Bluefield, West Virginia en el año de 1928 el día 13 de Junio. Desde su infancia, Nash demostró ser un niño brillante y destacado en matemáticas y química, pero terrible en relacionarse con los demás.  Nash comenzó a interesarse en las matemáticas debido a un libro llamado "Men of Mathematics" de E.T. Bell, el cuál lo hizo disfrutar más de ellas. Varios le dijeron que debía estudiar química, pero un maestro le comentó que sería bueno que se especializara en las matemáticas, y así lo hizo, en una beca para un doctorado en la universidad de Princeton. Ahí comienza un doctorado, y también comienza a dar clases. En sus clases comienza a enamorarse de una alumna de el llamada Alicia, con la cual se casa, y en el año donde esta embarazada, el comienza con las alucinaciones. John sufría de Esquizofrenia Paranoide. Nash escuchaba voces, veía códigos en números; pensaba que los extraterrestres se comunicaban con el por medio del New York Times por medio de los mismos códigos. Se atribuye un poco su enfermedad con su obsesión por resolver la hipótesis de Riemann, y le causaba tremenda ansiedad no poder resolverla.  


 Nash daba clases en la Universidad de Princeton, en el campus sus actuaciones no hacían más que restarle credibilidad y reputación. De hecho, cuando la Universidad de Chicago le ofreció un puesto de prestigio en su facultad, Nash lo rechazó aduciendo que estaba destinado a convertirse en emperador de la Antártida. Finalmente lo relegaron de su puesto y de sus responsabilidades en la Universidad de Princeton pensando que Nash se había vuelto loco.



En 1959, estuvo internado bajo observación en el McLean Hospital durante 50 días, donde le administraban Toracina para calmarlo; viaja a Europa donde intenta conseguir el estatus de refugiado político. Creía que era perseguido por criptocomunistas. Esta situación no cambiaría en los años siguientes. Fue hospitalizado en multitud de ocasiones por períodos de cinco a ocho meses en centros psiquiátricos de New Jersey debido a recaídas. Nash llegó a describir esta etapa en una revista de psiquiatría:

".. el personal de mi universidad, el Massachusetts Institute of Technology, y más tarde todo Boston, se comportaba conmigo de una forma muy extraña. (...) Empecé a ver criptocomunistas por todas partes (...) Empecé a pensar que yo era una persona de gran importancia religiosa y a oír voces continuamente. Empecé a oír algo así como llamadas telefónicas que sonaban en mi cerebro, de gente opuesta a mis ideas. (...) El delirio era como un sueño del que parecía que no me despertaba."

Pasado ese lapso en el que vivió preso de ideas paranoicas que distorsionaban su vida, producto de alteraciones en la química de su cerebro, en los años setenta, recuperó su salud mental y pudo volver a la docencia y la investigación con nuevas y geniales aportaciones. Muchos hablan de que aprendió a controlar sus demonios.
Sin embargo, a finales de los sesenta tuvo una nueva recaída en la que además rechazó la hospitalización y cualquier contacto o trato directo con psiquiatras. De esta recaida no se recuperaría hasta los 90.
Nash seguía paséandose por la universidad hablando consigo mismo en tercera persona, escribiendo extraños mensajes sobre números y discutiendo con aquellas voces que oía en su interior... En esta situación, Alicia no tuvo otra elección que buscar un trabajo para sostener a su familia, puesto que no podía contar con nadie más. Afortunadamente fue admitida en Princeton. Intentó ayudar a su marido enviándole trabajos de matemáticas de la universidad para que los resolviera, pero se negaba a hacerlo aduciendo que el gobierno estaba conspirando contra él y que la universidad, lógicamente, estaba implicada.
Continuaba viajando por Europa y enviaba extrañas postales a su familia con mensajes encriptados y teoremas matemáticos. Cuando volvía, su estado era deplorable y ojeroso.
Al año 1962 a punto de divorciarse de su esposa, sus amigos le consiguen un departamento, y lo llevan con un psiquiatra el cual lo ayuda mucho.

En la siguiente década Nash continúa trabajando independientemente en problemas matemáticos y paseándose por el campus, y, poco a poco, recuperando su lucidez, desechando las ideas surrealistas que navegaban por su cabeza y pensando racionalmente. Respecto a su paulatina recuperación, Nash siempre ha defendido que no se debió al uso de las drogas sino al continuo rechazo de las ideas mediante el raciocinio. Es en este momento cuando regresa a las matemáticas y acepta un puesto en Princeton.
En 1994 la Fundación Nobel le concede el Premio Nobel de Economía, compartido con John C. Harsanyi y Reinhart Selten por sus pioneros análisis del equilibrio en la teoría de los juegos no cooperativos. A muchos les extrañó que un hombre sufriendo de esquizofrenia durante tantos años fuera capaz de recuperarse y de recibir tan prestigioso reconocimiento.    
John Nash y Alicia Lardé vuelven a casarse el 1 de junio de 2001. En este mismo año se estrena "Una mente maravillosa" o "A beautiful Mind", un producto de Hollywood inspirado en el libro o biografía (no autorizada) de la periodista Sylvia Nasar sobre la vida de John Nash (1999) donde la realidad, el delirio y la alucinación son también un enigma para el espectador. La película, dirigida por Ron Howard, se rodó sin pretensiones de convertirse en filme autobiográfico, ya que son muy pocos los hechos o situaciones de la vida real de Nash que son contados en la película. Queda claro por tanto que el protagonista real y el protagonista de la película, aunque comparten algunos rasgos, no son la misma persona. Presentada en la 74º edición de los premios, con ocho nominaciones al Oscar, ganó 4, entre los que se incluye el de mejor película.



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