Después del Suicidio

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Cuando se ha perdido a alguien atreves del suicidio suelen empezar a surgir una gran cantidad de sentimientos, la culpa, resentimiento, confusión, remordimiento, preocupación, etc., todo eso es normal; seguramente el sentimiento que mas atacara a las personas es el de la culpa. Las personas que han perdido a alguien en un evento así seguramente se sentirán culpables y pensaran que han fracasado o se reprocharan el no haberse dado cuenta de lo que estaba pasando. Por desgracia, el suicidio no siempre se puede impedirse. Debemos entender que cada cabeza es un mundo y no podemos controlar totalmente la conducta de las personas que nos rodean.

Después de un suceso como el suicidio hay cosas que nunca se superan por completo y se tiene que aprender a vivir con eso. Recuerda que somos humanos y por lo tanto tenemos sentimientos, permítete sentir el dolor, grita, reflexiona, y lo más importante, llora. Las lágrimas alivian el sufrimiento y ayudan a seguir adelante. Pero recuerda también que no necesitas llorar su muerte para siempre. Sana tus heridas y recuerda e esa persona por los momentos felices; aquellos que te hacen sonreír.

Si sientes que no puedes con la situación, tal vez necesites ayuda psicológica. Necesitas hablar con alguien, es muy posible que las personas que están a tu alrededor no sepan cómo actuar y prefieran no hablar del tema. Hazlo tú; habla con alguien, expresa tus sentimientos. No te quedes con ellos adentro porque entonces pueden pesar demasiado. También puede ser de gran ayuda buscar un grupo de personas que hayan pasado por la misma situación.

Si la persona que se ha suicidado tiene hijos, aquí te dejo unos consejos para explicarle que es lo que está pasando; recuerda que por mas pequeños que estén tienen derecho a saber la verdad.

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• Responde a cualquier pregunta que te hagan
• Generalmente lo primero que quieren saber es qué es el suicidio. Explícales que la gente muere de formas diferentes: unos por enfermedad, otros por accidente de coche y otros se matan a sí mismos.
• Cuando te pregunten por qué explícales que tenía una enfermedad llamada depresión que hacía que se sintiese muy mal y que pensara e hiciera cosas que no habría hecho si estuviese bien.
•  Si te preguntan cómo lo hizo diles la verdad. Si no te lo preguntan no digas nada.
•  Recuérdeles que su padre o madre los quería mucho, pero que su depresión le impedía demostrarlo.